Según un estudio del Departamento de Ingeniería del Software e Inteligencia Artificial de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), publicado en el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), jugar y estudiar no son actividades incompatibles.
Los investigadores apuestan por la integración de la aventura gráfica virtual en las plataformas de educación online y analizan los aspectos pedagógicos y tecnológicos que debería poseer para facilitar su expansión.
De esta manera, Pablo Moreno-Ger, principal autor del estudio, considera que “el videojuego en los entornos educativos virtuales es un complemento a la enseñanza tradicional”
Los datos también reflejan que las aventuras gráficas (e-Adventure) son las que, probablemente, “funcionan mejor en el entorno educativo” ya que son las más flexibles y cubren mayor número de asignaturas o áreas de conocimiento.
La idoneidad de estos juegos se centra en el hecho que se basan en resolver varios problemas a través de una narrativa elaborada que ayuda al proceso de aprendizaje.
Los investigadores consideran que a la hora de diseñar un videojuego educativo debe primar tres elementos: la posibilidad de evaluación, la adaptabilidad y la capacidad de integración.
Además, la tecnología debe permitir que el videojuego se adapte a las necesidades educativas específicas de cada estudiante. Tal como explica Moreno-Ger “se debe aprovechar la máquina para que el contenido del juego no sea estático, sino que varíe en función del perfil del estudiante”.
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